Ciertamente no recuerdo desde cuando me gusta hacerlo, pero de lo que si estoy seguro, es que me gustaría aprovechar más mi tiempo haciendo esto. Escribir.
Al igual que muchísimos jóvenes de mi edad, me ha tocado dejar de lado lo que me gustaría ser o hacer, por alcanzar los medios que me ayuden a subsistir o al menos conseguir dinero para culminar cada una de las metas propuestas.
Durante mis vacaciones de segundo curso, a los catorce años empecé a trabajar como vendedor en una Lubricadora perteneciente a mis tíos. A esa edad me hubiese gustado seguir con mi curso vacacional de deportes, en el cual fui inscrito el año anterior (allí aprendí a nadar y para no perder la costumbre visitaba una piscina por mi casa jaja). Pero en este año toco trabajar y aquí aprendí a tratar con las personas, aprendí la Tolerancia, aprendí a Vender. El objetivo de este trabajo fue conseguir dinero para vestirme, y no es que no tenia ropa sino que quería comprar la ropa a mi gusto, y pues para esto tenia que tener mi propio dinero.
Al siguiente año, me toco ir a trabajar de Empacador en una empresa de Papel a unos 45 minutos de mi casa, bueno al menos ya estaba por los quince años, podía defenderme. A esa edad me hubiese gustado estar en un curso de guitarra, pero bueno ya saben, tocaba trabajar. Aprendí lo que es la deshonestidad, y como combatirla. Dentro del grupo de chicos que trabajamos, había uno que tenia una debilidad por sustraerse lo que no es suyo, lo conocía cuando estuve de vendedor y lo consideraba amigo mío. Él se guardaba los productos que empacábamos en las medias, zapatos, interiores, donde sea, cualquier lugar era útil para esconder lo robado. Yo lo veía, pero nunca le dije nada.Error fatal.
La persona que nos supervisaba empezó a sospechar, y como no tenia la certeza de quien era el ladrón, un día, inexplicablemente los cuatro del grupo entramos al baño a cambiarnos, salimos y a los cinco minutos nos dijeron que se había perdido dinero del pantalón de uno de los trabajadores mas antiguos, no preguntaron ni si quiera quien lo había visto, simplemente nos sentaron a un lado y nos despidieron.
Lo del dinero del pantalón estoy seguro fue una excusa, porque nosotros nunca vimos ninguna prenda en el baño. Además misteriosamente solo entro mi grupo y no el otro grupo que también solía ir a los vestidores junto a nosotros. Mi compañero el “ladrón” apenas y entro, ese día el andaba enfermo y no se sentía bien. Fue la peor vergüenza que he sufrido. Despedido por sospecha de robo.
El objetivo de este trabajo era conseguir dinero para poder conquistar a la niña que me gustaba, en parte se cumplió. Pero lo que rescato de esto es que el quedarse callado también te hace a ti deshonesto y te juzgan de igual manera. Aprendí a decirle a las personas que aprecio lo que no debe de hacer delante de mi.
Al siguiente año……
Luego les sigo contando…
(Quiero seguir escribiendo, pero ya llego la hora de salir a taxear…)
